José Pacheco López

Moluo

Todo pueblo tiene sus personajes pintorescos pero en este caso recordaremos a Moluo, este personaje que vivió por algún  tiempo en el  pueblo de Miraflores. Fue  siempre objeto de afecto de sus habitantes por lo caritativo con sus vecinos y la habilidad que siempre tuvo de estar en  el momento indicado y a la hora exacta. Éste recorría diariamente los taladros en los cuales sus trabajadores siempre estaban prestos a realizar  ese sabroso sancocho para saciar el hambre  del duro trabajo petrolero,  pero Moluo con una memoria bien asentada sabía, sin tener que preguntar a que hora y en que lugar se preparaba el sarao. Éste siempre vestía el ropaje petrolero, sin serlo, con su casco petrolero iba de un lugar a otro, siempre vivió  al lado de su madre como  hijo fiel. Los trabajadores a manera de chanza, le preguntaban su edad y siempre respondía  con unos años más que su mama. Este no ansiaba  riqueza  por  lo simple de su vida diaria, sino de vivir la vida para sobrevivir. En alguna ocasiones se acercaba  al comisariato donde tenia un privilegio que no poseía  algunos obreros y  empleados de la compañía petrolera, el cual era  entrar sin que tuviera que poseer la bendita tarjeta de compra.  Más bien, siempre era obsequiado por los visitantes que iban a hacer sus compras regularmente, recibía los artículos regalados  y después iba y lo repartía a los más necesitados del pueblo. Como todo ser le gustaba tomarse sus tragos, y una de su muchas estrategias que nunca le falló en su hábil luchar diario, era colocarse agachado al lado en los grupos  de  obreros que después de un largo trajinar  de  trabajo se echaban sus  palos  y  Moluo  siempre en silencio era convidado a que se tomara una cervecita, entre chiste y chiste pasaba una tarde de esparcimiento olvidando la dura vida y  estar en ese punto de la tierra llamado Miraflores. Moluo demostró con su simpleza lo bueno de la camarería y la solidaridad con los semejantes

Williams Mata.